Barrio Seminario de Talca

El Barrio Seminario de Talca se caracterizó, entre fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, por ser un polo de desarrollo industrial de la ciudad. Los vestigios que aún se observan en el sector dan cuenta de la existencia de un glorioso pasado fabril que albergó, por ejemplo, una central hidroeléctrica, una termoeléctrica y también molinos, que se emplazaron en las cercanías de los cursos naturales de agua que lo cruzaban, como el estero Piduco y canal Baeza.

Seminario Conciliar San Pelayo

El nombre de este tradicional barrio poniente deriva del Seminario Conciliar San Pelayo, recinto nació de la iniciativa del entonces cura y vicario de Talca, Miguel Rafael Prado, teniendo en cuenta el gran número de jóvenes católicos que seguramente ingresarían en él. Su fundación data del 10 de mayo de 1868 como “Seminario sucursal” del que existe en Santiago. Como dato histórico interesante, este terreno funcionó durante gran parte de la primera mitad del siglo XIX como el primer cementerio de Talca.

El Seminario abrió sus puertas el 1 de abril de 1870, con una matrícula inicial de veintinueve alumnos. Este mismo año, por decreto supremo se declaran válidos para obtener grados universitarios los exámenes que se rindan en el seminario de la ciudad de Talca.

En 1970 el Seminario San Pelayo se fusionó con el Instituto Santa Cruz y el liceo San Pío X dando vida al Colegio Integrado de Talca.

Molino Williams y Casa de los Donoso

Estas dependencias, al igual que las del antiguo Seminario San Pelayo, dan cuenta de la riqueza histórica del sector a través de vestigios de las antiguas construcciones del sector. El deslinde sur de este terreno, constituye el último vestigio del antiguo Canal Baeza, que antaño corría por lo que hoy es la actual calle 2 Norte y se intersectaba, en este lugar, con el Estero Piduco.

Según los registros históricos, esta propiedad acogió originalmente una hospedería franciscana que formaba parte de una red de establecimientos similares denominados «Camarico”, destinados a alojar y alimentar a frailes en tránsito hacia y desde el sur. Posteriormente, la propiedad fue adquirida por don Luis Williams, uno de los fundadores del cuerpo de bomberos de Talca, quien construyó además un molino.

Una vez que desaparecieron ambas construcciones, la propiedad fue adquirida por la familia Donoso Fuentes, quien construyó una hermosa casa de estilo colonial que fue uno de los íconos del barrio por décadas. Uno de los pocos vestigios que quedan se encuentra bajo tierra, en los acueductos del Molino Williams. Uno de ellos, construido en dirección oriente–poniente, llega hasta lo que era el antiguo Seminario Conciliar San Pelayo, pasado calle 5 Poniente, donde están las instalaciones originales de la Sede Talca Obispo Carlos González del CFT San Agustín. El otro acueducto nace en el borde del antiguo Canal Baeza y sigue dirección sur-norte.

Del mismo modo, aún pueden observarse los corredores externos y escaleras de acceso al jardín de la casona.