Durante la década de los 80, las perspectivas de desarrollo de la Región del Maule eran poco alentadoras: una de las zonas con mayor pobreza del país, con la más alta tasa de ruralidad y una escolaridad de su fuerza laboral que promediaba tan solo 7 años.
Para revertir esta realidad, en 1988 el entonces Obispo de Talca, Monseñor Carlos González Cruchaga, reunió a un grupo de profesionales para levantar un proyecto de Enseñanza Técnica Superior. Así nació el CFT San Agustín, que abrió una oportunidad de desarrollo profesional a miles de maulinos que pudieron acceder a continuar sus estudios.