Agustín de Hipona conocido también como San Agustín, nace en Tagaste, norte de África el 13 de noviembre del 354 y fallece en Hipona el 28 de agosto del 430. Fue escritor,  teólogo y filósofo cristiano, sostiene que el alma humana tiene la capacidad de conocer tanto las cosas materiales como su esencia. Según él, la felicidad radica en aceptar con alegría lo que la vida nos ofrece, y este camino hacia la felicidad se encuentra en Dios. Agustín argumenta en su obra «Sobre el Libre Albedrío» que existe una verdad superior a nuestra inteligencia, que está fuera de nuestro alcance comprender plenamente. Su aporte principal fue unir la doctrina cristiana con el pensamiento filosófico de Platón, influyendo significativamente en el pensamiento medieval y en la escolástica (Movimiento filosófico y teológico). San Agustín destacó la importancia del amor y la gracia divina en la salvación del alma, y su filosofía se centró en la relación entre el alma, el mundo y Dios. Además, planteó una visión pesimista del hombre debido al pecado original, pero destacó la importancia de la práctica de las virtudes para alcanzar la salvación. San Agustín también abordó temas éticos y políticos, presentando su visión de la historia como una lucha entre la «ciudad de Dios» y la «ciudad terrena». Su pensamiento tuvo una gran influencia en la filosofía y teología occidental, siendo considerado uno de los pensadores más influyentes de la tradición occidental.