En uno de sus escritos, el fundador del CFT San Agustín, monseñor Carlos González ya lo decía, “La pobreza se supera en la solidaridad” y precisamente rescatar el sentido de esas palabras, motiva muchas de las acciones que se realizan dentro de la institución. Por eso la campaña “Yo Abrigo a mi Hermano”, es una acción coordinada y solidaria, encabezada por la Unidad Pastoral de la sede y la carrera Técnico en Trabajo Social, quienes estuvieron a cargo de motivar a estudiantes y trabajadores, en la donación de ropa de invierno para niños, jóvenes y adultos vulnerables.
La cruzada solidaria, en su primera etapa, resultó todo un éxito y se realizó la entrega de lo recolectado al Hogar de Cristo, institución que conoce de cerca la pobreza y necesidades de la gente y mejor que muchos, sabe dónde hacer llegar la ayuda. Patricio Valenzuela, de la Unidad Pastoral señaló que “sabemos que estamos en la estación del año más fría y las personas en situación de calle requieren de la solidaridad de todos, por eso, la sede invitó a todos a ser parte de esta misión y cumplir con ese mandato de San Alberto Hurtado de dar hasta que duela”.
La jefa de carrera Técnico en Trabajo Social, Paulina Díaz, quien fue una de las impulsoras de esta campaña, dijo que “nuestra carrera centra sus energías en la búsqueda constante de interacción social, principalmente con la población que más lo requiere, impulsando un trabajo colaborativo con otras instituciones y organismos, públicos y privados, lo que enriquece profundamente nuestro espíritu institucional y nuestra vinculación con el entorno”.